WASHINGTON.- Un nuevo frente de batalla “oficial” se abre para Estados Unidos en Oriente Medio, ya que Barack Obama le pidió al Congreso estadounidense que lo autorice a usar la fuerza contra los yihadistas del Estado Islámico (EI). Esto implicaría desplegar tropas en Siria y en Irak, donde los terroristas del EI fundaron un “califato”. Obama sostuvo en una carta que las acciones del EI suponen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Hasta ahora las fuerzas militares estadounidenses se habían limitado a bombardear con aviones los enclaves del EI. Para llevar a cabo estos ataques aéreos Obama se había basado en una resolución que el Congreso autorizó tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
En su carta, Obama recuerda a los congresistas que el EI fue responsable de la muerte de los rehenes estadounidenses James Foley, Steven Sotloff, Abdul-Rahman Peter Kassig y Kayla Mueller. Pide poderes bélicos por tres años, permiso que no autorizaría operaciones de gran escala como las desplegadas en Irak y en Afganistán durante la década pasada.
Todavía es pronto para saber cuándo el Congreso, donde los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras, podría autorizar la iniciativa. Mientras muchos republicanos apoyan la idea, no son menos los demócratas se oponen a una intervención militar directa en Irak y en Siria, por lo que se espera un apasionado debate sobre la cuestión. La posibilidad de registrar nuevas bajas de soldados estadounidenses en un frente tan complejo desvela a los demócratas.